Ciudad de Panamá, 1 jul (Sputnik).- El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, advirtió el lunes que frenará la migración irregular en el país, al referirse a la crisis humanitaria y ambiental existente en la selva del Darién, fronteriza con Colombia.
«Panamá no será más un país de tránsito para los ilegales. No permitiré complicidades locales, a nuestra fuerza de seguridad le pido aplicar la ley como corresponde, con estricto respeto a los derechos humanos», dijo Mulino en su primer discurso como presidente de la nación istmeña.
Ganador de las elecciones del pasado 5 de mayo por la coalición de los partidos Realizando Metas y Alianza, ambos de derecha, el recién investido jefe de Estado aseguró que «las cifra de emigrantes ilegales que pasan por el Darién estremecen», causan contaminación y generan gastos elevados al erario público.
«No podemos seguir financiando el costo económico, y social que la emigración ilegal masiva genera al país, con la consiguiente vinculación de organizaciones criminales internacionales», agregó el mandatario, tras arremeter contra quienes lucran con «la desdicha humana».
Según el Servicio Nacional de Migración (SNM), entre enero e inicios de junio pasado 174.513 personas ingresaron a Panamá de manera irregular por el Darién, en su tránsito hacia Estados Unidos.
«Comprendo que hay razones profundas con la migración, pero cada país debe resolver sus problemas: los panameños no me votaron para mirar hacia otro lado ante semejantes aberraciones, ni aceptar como bueno algo que está mal», dijo Mulino.
El paso de decenas de miles de personas por las peligrosas selvas del Darién en su camino hacia Norteamérica viene aumentando constantemente desde 2023, cuando las autoridades panameñas registraron la cifra récord de 520.085 personas. (Sputnik).
