jueves 4, julio 2024
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¿Por qué China es crucial para construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad?

Lisboa.- A medida que el mundo avanza constantemente hacia la multipolaridad, Estados Unidos ya no puede dominar el mundo como en el pasado. Somos testigos de continuos cambios estructurales en los que otras grandes civilizaciones mundiales, entre ellas la china, la india, la rusa, la africana, la árabe y la europea, ya no aceptan la sumisión a Estados Unidos. Estas civilizaciones están defendiendo cautelosamente su identidad en un mundo multipolar.

El crecimiento de los países BRICS es un ejemplo típico de esta transformación. Impulsado por China y Rusia, el grupo se ha expandido de cinco a diez países, con la incorporación inicial de Brasil y la India, luego de Sudáfrica, y recientemente con la inclusión de Egipto, Etiopía, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí. La riqueza total de los países BRICS supera ahora con creces la de los principales países occidentales representados en el Grupo de los Siete (G7), liderado por Estados Unidos.

La respuesta de Estados Unidos al declive de su hegemonía global y al giro global hacia la multipolarización se ha caracterizado por el creciente uso de sanciones unilaterales contra el comercio internacional, que a menudo ignoran las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Al mismo tiempo, Estados Unidos ha impulsado campañas de desinformación y ha apoyado esfuerzos de cambios de régimen, como la financiación de grupos opositores en la «Revolución Naranja» ucraniana de 2014 y la promoción de la confrontación entre bloques geopolíticos.

Cabe señalar que, frente a la actual agitación mundial, China, que sigue creciendo constantemente, ha asumido una actitud activa y responsable, llamando a la comunidad internacional a respetar y promover los objetivos y principios de la Carta de las Naciones Unidas. También ha presentado diversas propuestas internacionales para promover el desarrollo económico y fomentar la estabilidad mundial, tales como la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad, la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la Iniciativa de Desarrollo Global, la Iniciativa de Seguridad Global y la Iniciativa de Civilización Global.

Al mismo tiempo, China se está abriendo cada vez más al mundo exterior, fortaleciendo las relaciones y promoviendo una red de asociaciones con numerosos países. Sin embargo, China no ha ignorado su objetivo principal de que el desarrollo debe traer un mejor nivel de vida a sus 1.400 millones de habitantes.

La sociedad china presenta algunas características estructurales favorables, como una economía de mercado socialista, un gran mercado en términos de demanda, un sistema industrial diversificado, una gran fuerza laboral cualificada y una comunidad empresarial creciendo notablemente en cantidad y calidad. Todo esto representa grandes oportunidades para las empresas extranjeras.

Hoy en día, es raro que los líderes se ofrezcan a compartir con la comunidad internacional las ventajas competitivas y los recursos del desarrollo rápido y armonioso de sus países.

Como bien dijo el presidente Xi Jinping: «China tiene la confianza y aún más capacidad para lograr un crecimiento estable y a largo plazo, y, a través de su desarrollo, China continuará brindando al mundo un nuevo impulso y oportunidades de crecimiento». Esto quiere decir que China sigue siendo el motor más potente del crecimiento global.

En los últimos meses, China ha acogido a numerosos líderes políticos y empresariales internacionales importantes. Estos líderes expresaron su confianza en China, al considerarla como el «mejor destino de inversión». Además del rápido crecimiento económico de China y los avances en la producción de alto valor, el desarrollo tecnológico y la inteligencia artificial, China sigue siendo, sobre todo, un socio confiable y resistente.

La frase «la próxima China sigue siendo China» enfatiza este sentimiento y destaca el compromiso de China con el despliegue de sus recursos humanos, científicos y materiales para servir a la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad.

Aunque algunos países occidentales hablan cada vez más del desacoplamiento y la reducción de riesgos, también hay ejemplos significativos que destacan la confianza de los inversores extranjeros en China. Por ejemplo, la empresa francesa Airbus está construyendo la Fábrica 209, su segunda línea de ensamblaje de la serie A320 en la ciudad norteña china de Tianjin, cuyo inicio de operaciones está previsto para 2025.

Los políticos extranjeros también expresaron su apoyo a seguir cooperando con China. El 23 de marzo, el ministro presidente del estado alemán de Baviera, Markus Söder, comenzó su visita a China, y el primer ministro holandés, Mark Rutte, realizó una visita a China entre los días 26 y 27 del mismo mes. El primero de abril, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Stéphane Séjourné, también visitó China.

Cabe destacar que entre el 14 y el 16 de abril, el canciller alemán, Olaf Scholz, visitó China por segunda vez como canciller, acompañado de ministros y representantes de las principales empresas alemanas como Siemens, BMW y Mercedes-Benz. Según el Instituto Económico Alemán, la inversión directa alemana en China alcanzó un máximo histórico de 11.900 millones de euros (12.700 millones de dólares) en 2023, un 4,3 por ciento más que el año anterior.

Si buscamos un país para ayudar a la humanidad a planificar el camino a seguir, encontraremos que China tiene mucho que aportar.

China busca un crecimiento sostenible, por lo que está comprometida a aplicar la nueva filosofía de desarrollo, centrándose en la innovación coordinada, verde e inclusiva, y persigue un desarrollo de alta calidad que incorpore un alto valor agregado. En los últimos años, ha habido un rápido crecimiento en las exportaciones chinas de los «tres nuevos», a saber, vehículos de nueva energía, baterías de iones de litio y productos fotovoltaicos. Un mercado de comercio de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero está a punto de comenzar, creando enormes oportunidades de mercado verde.

China sigue abriendo sus mercados a la inversión extranjera directa, especialmente en la industria manufacturera, al anunciar el levantamiento de medidas restrictivas y crear más oportunidades de desarrollo y beneficios para otros países.

Naturalmente, China siempre ha dado prioridad a llegar a acuerdos con los países vecinos, incluidos el Acuerdo de Asociación para la Economía Digital y la Asociación Económica Regional Integral. Este último, que promueve la cooperación comercial y económica en la región de Asia-Pacífico, se firmó en 2020. Los países miembros más grandes e influyentes son China e indonesia, pero la lista también incluye a Australia, Brunéi, Camboya, Japón, República de Corea, Laos, Malasia, Myanmar, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.

Su éxito se puede medir con el tercer Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional, que produjo 458 resultados. Las instituciones financieras chinas han establecido una ventana de financiación de 780.000 millones de yuanes (unos 107.000 millones de dólares) para proyectos bajo la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y las empresas chinas y extranjeras han alcanzado acuerdos por valor de 97.200 millones de dólares. Todo esto ayudará a la cooperación de alta calidad en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, e impulsará la conectividad, el desarrollo y la prosperidad de los países BRICS en todo el Sur Global y el resto del mundo.

Sobre la base del desarrollo interno y la modernización económica, impulsada por la ciencia, la tecnología y la innovación, China se compromete a promover la apertura de sus mercados y a proporcionar servicios de alta calidad a los inversores extranjeros. China sigue mejorando los mecanismos para proteger los derechos e intereses de los inversores extranjeros, compartir los factores innovadores, reformar la economía digital y garantizar el flujo libre y ordenado de datos de conformidad con la ley. Se mejorarán las políticas de entrada y estancia para facilitar la adaptación de los extranjeros a su vida en China, así como el acceso a servicios financieros, médicos y de pago electrónico.

Los argumentos que abogan por el desacoplamiento con China, relacionados con el comercio, la tecnología, los medios de comunicación y el poder blando, no solo van en contra de la tendencia de la globalización económica, sino también de los verdaderos intereses de los pueblos del mundo, ya que la cooperación con China aumentará el bienestar del mundo.

El Sur Global está influyendo en el surgimiento de voces más racionales que ayudan a crear unas opiniones públicas más informadas, incluido un llamado a un alto el fuego inmediato en las guerras actuales, para que la paz sea una realidad (el primer paso hacia el desarrollo de cada país). También contribuye a la lucha colectiva urgente y necesaria contra el cambio climático y la desinformación sobre el ascenso de China, y de esta manera, a una próspera comunidad global de futuro compartido.

(*) Rui Lourido, es historiador portugués y presidente del Observatorio de China en Portugal.

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