Beijing.- Con una serie de directrices judiciales dirigidas a los separatistas acérrimos de la «independencia de Taiwán», China reveló el viernes una nueva arma, precisa y legal, para defender su soberanía nacional e integridad territorial.
Las directrices sobre la imposición de castigos penales a los separatistas acérrimos de la «independencia de Taiwán» por llevar a cabo o incitar a la secesión fueron emitidas conjuntamente por el Tribunal Popular Supremo, la Fiscalía Popular Suprema y los ministerios de seguridad pública, seguridad estatal y justicia y entraron en vigor tras su liberación.
Las directrices pueden considerarse como un perfeccionamiento y un complemento de la Ley Antisecesión del país. Al aclarar la naturaleza criminal de los actos separatistas de la «independencia de Taiwán», sus responsabilidades penales y el procedimiento para imponer sanciones, se establece el resultado final y se facilita la aplicación de la ley. A largo plazo, sin duda desempeñará un papel eficaz en el avance de la reunificación a través del Estrecho de Taiwán.
Esta medida se produjo en un contexto de crecientes tensiones a través del Estrecho provocadas por repetidos intentos separatistas realizados por quienes abogan por la «independencia de Taiwán», particularmente desde que el nuevo líder de la isla, Lai Ching-te, que mantiene una postura separatista obstinada, asumió el cargo en mayo.
Este documento judicial seguramente constituye un golpe para Lai y sus compañeros separatistas. Permite a los tribunales chinos llevar a juicios en rebeldía a los separatistas acérrimos de la «independencia de Taiwán». En los casos más graves, el condenado puede recibir la pena de muerte.
También actúa como advertencia y disuasión para las fuerzas externas que no dejarían de intervenir en los asuntos relacionados con Taiwán. Aquellos que se descubra que han estado en connivencia con cualquier institución, organización o individuo extranjero o extranjero para llevar a cabo o incitar a la secesión recibirían un castigo más severo.
A pesar de ser una acción severa contra los separatistas, el documento traza una línea clara entre unos pocos separatistas obstinados y el resto del pueblo de Taiwán. Bajo la influencia de la ideología de la «independencia de Taiwán» y debido a las diferencias políticas entre las dos partes, algunos en Taiwán pueden tener una comprensión equivocada de sus identidades y la naturaleza de las relaciones a través del Estrecho. Se les da la oportunidad de liberarse de malentendidos y ser conscientes de la nocividad y el peligro de las actividades separatistas.
Durante más de 70 años, aunque los dos lados del Estrecho aún no han logrado una reunificación completa, la soberanía y la integridad territorial de China nunca han estado divididas.
Los hechos históricos y el fundamento jurídico de que ambos lados del Estrecho pertenecen a un solo país y los pueblos de ambos lados del Estrecho pertenecen a la nación china nunca han cambiado ni cambiarán.
Un futuro pacífico y próspero para los pueblos de ambos lados del Estrecho depende de una nación fuerte y reunificada. Para facilitar la reunificación, los separatistas deben enfrentar un proceso penal.
Se depositan grandes esperanzas en que el pueblo de Taiwán tenga una mente clara, sopese los pros y los contras y se mantenga en el lado correcto de la historia.
(*) Agencia de noticias Xinhua
De los cerdos, se dice que pueden comer hasta reventar.
Esa es la majadería de la China continental, un país que está acabando como ningún otro con el planeta y también quiere anexarse, por un posible mar patrimonial, a la isla.
Por cierto que los chinos están acabando con los recursos pesqueros en todo el planeta y si hay una guerra que debe librarse es precisamente para la protección de las aguas y fondos marinos, sean «nacionales» o «internacionales»
Taiwán es tan de China, como siempre lo fueron el Tibet, Hong Kong y Macao.